“Sheinbaum convierte la presión de Trump en una jugada estratégica que la fortalece en el tablero global.”
Desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca en enero de 2025, ha redoblado la presión sobre México. Su discurso es el mismo de siempre: o el gobierno de Claudia Sheinbaum frena el narcotráfico y la migración, o Estados Unidos tomará medidas drásticas. Frente a esta amenaza, la reciente aprobación del Senado para que militares estadounidenses entren a México a capacitar a la Marina no es solo un trámite más, sino una jugada política clave.
Sheinbaum ha convertido lo que podría haber sido una crisis en una ventaja estratégica. En lugar de esperar a que Trump imponga sus condiciones, la presidenta tomó la iniciativa y presentó la cooperación en seguridad como una decisión soberana. Con esto, neutraliza las críticas internas y proyecta liderazgo en un momento en que la relación con Estados Unidos es más compleja que nunca.
Giro de Narrativa: De la Debilidad a la Estrategia
El regreso de Trump puso sobre la mesa el viejo fantasma de una posible intervención militar en México. Su retórica, centrada en el combate a los cárteles y el control migratorio, ha encendido las alarmas. La historia ha demostrado que cuando un presidente estadounidense lanza este tipo de amenazas, la presión no tarda en traducirse en sanciones, bloqueos o incluso acciones más agresivas.
En este contexto, Sheinbaum ha hecho algo inteligente: adelantarse al golpe. Si la cooperación con Estados Unidos en seguridad iba a ser inevitable, lo mejor era presentarla como una decisión propia y no como una imposición. La votación del Senado, con 107 votos a favor, confirma que esta estrategia ha funcionado.
Más allá de lo legislativo, lo realmente importante es el mensaje que se envía. Con esta decisión, Sheinbaum desactiva la narrativa de la oposición, que siempre ha usado la relación con Washington para golpear a los gobiernos de izquierda. Ahora, la colaboración con Estados Unidos en seguridad no se ve como un signo de debilidad, sino como parte de una estrategia más amplia para fortalecer a las fuerzas armadas mexicanas.
El Factor Trump y el Juego de Poder
Donald Trump ha construido su carrera política a partir del miedo. Su regreso a la Casa Blanca significa que volverá a usar la amenaza de mano dura contra México para movilizar a su base republicana. Su estrategia es simple: exagerar el problema del narcotráfico y la migración para justificar medidas extremas.
Pero Sheinbaum no cayó en la trampa. En lugar de rechazar la cooperación y darle a Trump un argumento para intensificar sus ataques, decidió encuadrar el tema a su favor. Si alguien acusa a su gobierno de permitir la injerencia extranjera, la respuesta es clara: esto no es intervención, es capacitación. Además, no es algo nuevo, ya que gobiernos anteriores, incluido el de López Obrador, también autorizaron el ingreso de militares estadounidenses con fines de entrenamiento.
Con esto, Sheinbaum logra dos cosas: primero, le quita a Trump la posibilidad de acusar a México de inacción; segundo, impide que la derecha mexicana use el tema como un arma en su contra. En términos de comunicación política, esta es una jugada maestra.
El Ajedrez de la Geopolítica
La política internacional no es lineal, es un juego de ajedrez donde cada movimiento debe estar calculado. Si México se niega a cooperar con Estados Unidos, Trump puede usar eso como excusa para imponer medidas más agresivas. Pero si acepta sin condiciones, corre el riesgo de parecer un gobierno débil.
La solución que Sheinbaum ha encontrado es un punto medio: aceptar la capacitación, pero bajo sus propios términos. De esta manera, mantiene la relación con Washington sin perder autoridad ante su base política en México.
El mensaje que deja esta jugada es claro: México no está sometido a Estados Unidos, pero tampoco es ingenuo. En política, la anticipación es clave, y la presidenta ha demostrado que sabe leer el tablero global.
Conclusión: Convertir la Presión en Oportunidad
En tiempos de incertidumbre, la forma en que se maneja una crisis define el rumbo de un gobierno. Sheinbaum ha demostrado que no solo sabe reaccionar, sino que puede convertir los desafíos en oportunidades estratégicas.
Al tomar la iniciativa en el tema de la seguridad con Estados Unidos, ha logrado desactivar críticas internas, evitar ataques desde Washington y proyectar liderazgo. En un mundo donde la política se juega como una partida de ajedrez, la presidenta ha hecho un movimiento clave que la fortalece tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
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