“El que no sabe mover piezas en el tablero, termina siendo la pieza sacrificada.” En el arte de gobernar, hay una regla no escrita: la operación política es la sangre que da vida al poder. Puede haber recursos, infraestructura y hasta popularidad momentánea, pero si no hay operadores que articulen intereses, construyan consensos y sofocan incendios antes de que se propaguen, el poder se convierte en un cuerpo sin alma. Querétaro está presenciando el precio de esa omisión. La Secretaría de Gobierno, que históricamente fue el eje que mantenía a raya los conflictos y equilibraba las fuerzas sociales, se ha transformado en un agujero negro que absorbe toda la energía política del gabinete. Carlos Alcaraz, el hombre llamado a ser el arquitecto de la estabilidad, abandona el cargo dejando tras de sí un panorama de fractura institucional y un proyecto hídrico, El Batán, que pasó de ser promesa a convertirse en ruina simbólica. La lección es brutal pero ineludible: el poder sin operadore...
El propósito de mi blog es ofrecer un análisis político profundo y accesible, centrándome en la narrativa que rodea los acontecimientos y procesos políticos.