“El que no sabe mover piezas en el tablero, termina siendo la pieza sacrificada.” En el arte de gobernar, hay una regla no escrita: la operación política es la sangre que da vida al poder. Puede haber recursos, infraestructura y hasta popularidad momentánea, pero si no hay operadores que articulen intereses, construyan consensos y sofocan incendios antes de que se propaguen, el poder se convierte en un cuerpo sin alma. Querétaro está presenciando el precio de esa omisión. La Secretaría de Gobierno, que históricamente fue el eje que mantenía a raya los conflictos y equilibraba las fuerzas sociales, se ha transformado en un agujero negro que absorbe toda la energía política del gabinete. Carlos Alcaraz, el hombre llamado a ser el arquitecto de la estabilidad, abandona el cargo dejando tras de sí un panorama de fractura institucional y un proyecto hídrico, El Batán, que pasó de ser promesa a convertirse en ruina simbólica. La lección es brutal pero ineludible: el poder sin operadore...
“La batalla por el poder no se libra únicamente en las urnas, sino en el territorio simbólico de las percepciones. Una encuesta no solo mide votos, también revela derrotas discursivas, fracturas internas y hegemonías narrativas.” El dato no es neutral: encuestas como artefactos narrativos Las encuestas, lejos de ser simples instrumentos técnicos, son dispositivos de narración política. Con un solo número pueden sellar victorias anticipadas o alimentar derrotas prematuras. En el caso de Querétaro, el sondeo publicado por Heraldo Media Group y firmado por una entidad identificada como “QM” dibuja una fotografía cruda: el PAN aparece con un 45% de las preferencias, seguido por Morena con un 36%. Más que una diferencia de nueve puntos, lo que revela esta medición es la persistente hegemonía del panismo queretano, no solo como aparato electoral, sino como sentido común político. A nivel simbólico, los números consolidan una narrativa: el PAN sigue siendo sinónimo de gobierno y estabil...